Hace unos días nos preguntaron los fundadores de una empresa familiar si era posible fomentar la motivación y el compromiso de los jóvenes con el negocio de la familia. Su hijo e hija están formados, tienen experiencia y trabajan en la empresa familiar desde hace ya unos pocos años. Y, además, los conocemos personalmente y nos consta que son perfectamente capaces de poder tomar las riendas del negocio en un futuro no muy lejano, si así lo desean.
Ahora bien, los dos hermanos no vivieron muy de cerca el negocio cuando eran pequeños. Simplemente vieron a sus padres sacrificarse mucho por sacarlo adelante e, incluso, con algunos momentos de dificultad y de tensión entre ellos. Todo ello, ha hecho que hoy en día no tengan del todo un vínculo con la empresa familiar.
Sus padres nos preguntaron porque querrían conseguir que sus hijos se implicasen más y sintiesen como suya la empresa que ellos fundaron. El objetivo es que se vean a sí mismos como los futuros herederos y sucesores al frente de la empresa familiar.
Afortunadamente, nuestra respuesta fue que sí. Hay mucho que podemos hacer para motivar y fomentar el compromiso de los jóvenes con la empresa familiar.
Cómo lograr la motivación y el compromiso de los jóvenes con la empresa familiar
Para fomentar la motivación y el compromiso de los jóvenes, nosotros les recomendamos como premisa básica el fomentar la escucha empática. Para mantener una comunicación fluida y transparente entre ambas generaciones y generar confianza es importante prestar la atención necesaria al interlocutor y al verdadero mensaje que nos quiere hacer llegar.
También es importante ser humildes, pacientes y generosos. Como generación saliente debemos entender que la nueva generación también tiene mucho que enseñarnos, por lo que una forma de lograr la motivación y el compromiso de los jóvenes es poniendo en marcha el mentoring inverso. Pensemos que cuando los jóvenes vienen a la empresa familiar, no vienen solo a aprender. También vienen a enseñar. Y si les damos la oportunidad veremos que efectivamente tienen mucho que enseñarnos: desde nuevas tecnologías hasta nuevas formas de ver y entender la vida y el trabajo. En este punto, puede ser de gran ayuda elaborar un Protocolo familiar para que todo el mundo entienda su rol presente y futuro.
Y, evidentemente, cuando llegue el momento del relevo generacional, no debemos barrarles el paso o frenar su promoción para no desmotivarles y alejarles. Debemos saber jubilarnos del día a día, esto es, la gestión, para que la siguiente generación pueda encontrar su lugar de forma progresiva y con nuestro acompañamiento y apoyo. Desde los órganos de gobierno, como administradores, podemos seguir aportando y dando apoyo, pero sin obstaculizar el relevo y el papel de los jóvenes para que puedan proyectarse como herederos y futuros sucesores de la empresa familiar.
Por último, debemos darles un voto de confianza, ser transparentes y compartir con ellos información desde ya. Solo así lograremos la suficiente motivación y compromiso de los jóvenes con la que un día, más cercano de lo que pensamos, será su empresa familiar.