“Creo que mis hijos no están preparados para tomar las riendas del negocio…”, nos dicen a veces los padres. Cuando la generación saliente nos plantea esta gran inquietud, una posible solución es iniciar un proceso de coaching o de mentoring para empresas familiares, dependiendo de cada caso.
El objetivo del coaching y del mentoring es asegurar que la generación entrante tendrá el apoyo adecuado para, de forma personalizada, prepararse para su rol futuro. La principal diferencia entre ambos tipos de acompañamiento es el enfoque. El coaching es un entrenamiento más global, impartido por un profesional, para extraer todo el potencial de una persona.
En cambio, el mentoring para empresas familiares es un acompañamiento que consiste en sesiones de tutoría por parejas, habitualmente entre dos miembros del equipo con diferentes grados de experiencia, habilidades y fortalezas. El objetivo es transmitirse conocimientos mutuamente y, sobre todo, guiar al tutelado (en este caso, el miembro de la siguiente generación) y ayudarle a desarrollarse, así como aportarle valor.
Detalles del proceso de mentoring para empresas familiares
El mentor generalmente es alguien de más edad o con más experiencia, que tutoriza a alguien más joven o inexperto, preparándole a nivel personal y profesional. Aunque hablamos de mentoring para empresas familiares, esto no significa que el mentor tenga que ser obligatoriamente un miembro de la familia. De hecho, puede ser recomendable, según el caso, que el mentor sea otro trabajador del negocio con más experiencia, pero sin ningún vínculo familiar. También pueden darse casos de mentoring inverso, para que la generación entrante enseñe nuevas habilidades a la generación superior.
A la hora de formar las parejas de mentor y tutorizado, debemos tener presente en qué ámbito y con qué objetivo estamos iniciando el proceso de mentoring. Como norma general, suele ser muy importante vigilar aspectos como la relación o cercanía entre los miembros de la pareja; el perfil DISC de cada uno; en caso de que sean familiares, si tienen un vínculo directo o colateral…
El uso más común del mentoring para empresas familiares es la entrada e incorporación de la siguiente generación al negocio, que es el caso que hemos puesto de ejemplo al principio. Con la motivación, la formación y el acompañamiento adecuado, la generación entrante podrá extraer todo su potencial, ejercitar sus capacidades y desarrollar sus aptitudes. Además, ayuda a fomentar y trabajar su autoestima, motivación y seguridad.
Entre sus otros usos, el mentoring para empresas familiares también permite definir y asumir el propio rol, las expectativas y las responsabilidades de los miembros del equipo. Además, puede ayudar a cualquier tutorizado, tenga la edad que tenga y sea de la familia o no, a mejorar a nivel profesional. Por último, también puede ser útil en procesos de cambio o en la implementación de nuevas tecnologías, entre otros ámbitos.