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gestionar los conflictos

Las empresas familiares deberían abrazar (algunos) conflictos

gestionar los conflictos

Hace unos días leí un artículo sobre cómo gestionar los conflictos en la Harvard Business Review que invitaba a las familias empresarias a abrazar estos conflictos. Coincidiréis conmigo en que el título es una provocación, pero que, con las explicaciones pertinentes, es una gran verdad.

De forma bastante generalizada, las familias empresarias tienden a evitar los conflictos. De facto, existen muchos seminarios y talleres dirigidos a la resolución de conflictos y pocos, o casi ninguno, que enseñe a abrazar el conflicto y a convertirlo en una oportunidad.

Pero ¿por qué es tan importante saber entender, abrazar y gestionar los conflictos?

Cuando las familias empresarias intentan evitar conflictos, lo hacen con el objetivo de que estos no empañen e interfieran en el negocio y también para que no se dañe la harmonía familiar. Pero una cosa es querer y otra, poder. La experiencia nos demuestra que el conflicto es inevitable y que cerrar los ojos ante él puede llevar consigo una toma de decisiones deficiente y una paralización de la empresa familiar.

¿Por qué debemos abrazar los conflictos?

El artículo de la Harvard Business Review nos invita a dar un enfoque más sano a la gestión de conflictos. Nos propone replantear la «lucha» (que es algo volátil e incómodo) como “un desacuerdo» (algo constructivo y menos incómodo). Los desacuerdos les dan a las personas espacio para expresar sus puntos de vista, considerar nuevos y también, porque no, a afrontar y a resolver problemas.

Llegados a este punto, es importante no tomarse el desacuerdo como algo personal, ya que, posiblemente, todos los miembros de la familia empresaria expresan sus opiniones porque quieren lo mejor para el negocio. Estar en desacuerdo es sano, normal y saludable si se hace desde la tolerancia y el respeto. Tomar el desacuerdo desde el ataque personal es remar en sentido opuesto y puede dificultar mucho que los otros miembros de la familia actúen y se manifiesten de forma abierta y espontánea.

Y aquí me gustaría introducir una variable más en la ecuación, si gestionar los conflictos es difícil, todavía lo es más cuando estos se producen entre generaciones diferentes. El riesgo está en que los conflictos intergeneracionales acaben desencadenando conflictos intrageneracionales, algo que posiblemente unos años antes nadie hubiera imaginado.

Aprender a gestionar los conflictos en el seno de la familia empresaria

Y por estos motivos considero tan importante que las familias empresarias se entrenen para abrazar y gestionar los conflictos e intenten no ser tan educadas y sutiles para no generar roces. Si no, al final lo que ocurre es que nadie expresa lo que piensa realmente y se pone en peligro el futuro por no atreverse a abordar temas y a gestionar conflictos difíciles. Y aquí pienso en problemas como el papel y cabida de los miembros de la familia en una empresa profesionalizada, la comunicación en la familia empresaria, la pérdida del espíritu emprendedor y la actuación como propiedad responsable, entre otros.

Si fruto de la madurez como familia empresaria, los miembros de la misma se sienten cómodos con los desacuerdos, también se sentirán más capaces de plantear problemas difíciles que deben tratarse. Y verán que un pequeño conflicto puede hacer que sus vínculos y la empresa familiar sean aún más fuertes.

Por último, no puedo acabar este post sin hacer mención a la labor del Consejo de Familia como garante de este tema y, muy especialmente, a la figura del presidente como líder familiar. Y, también, a la importancia de poner en marcha la comisión de resolución de conflictos en el seno del mismo y, si la familia está en un ciclo de vida avanzado, ya a partir de la tercera generación, la conveniencia de tener un Comité Junior y una Asamblea de Familia como herramientas para cohesionar, debatir desde el respeto y entrenar el “abrazo” del conflicto.

3 respuestas a “Las empresas familiares deberían abrazar (algunos) conflictos”

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