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consultoría de empresa familiar

La herencia que la pandemia deja en la consultoría de empresa familiar

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Ahora que parece que dejamos los momentos más duros de la pandemia atrás, es un buen momento para hacer balance. Queremos analizar los aspectos positivos y negativos que, desde nuestro punto de vista, y tras estos dos años, nos han quedado como herencia a los que nos dedicamos a la Consultoría de Empresa Familiar.

Desde la vertiente de los clientes

Concienciación

Las familias ahora son mucho más sensibles a “dejar las cosas ordenadas”. Aquel pecado humano, consistente en pensar que las cosas malas y negativas solo les pasan a otros, con la pandemia ha quedado atrás. Ahora son muchas las familias que se muestran interesadas en iniciar un proceso de Protocolo Familiar o unos Pactos de Familia.

Dedicación

También hemos observado una mayor dedicación a los temas vinculados a las relaciones familia-empresa-propiedad. Los momentos de confinamiento sirvieron para que, contrariamente a lo que podría esperarse, muchas familias prestasen más atención a sus Consejos de familia y a trabajar en temas cruciales para toda familia empresaria, en las que en momentos de normalidad cuesta trabajo dedicarles tiempo. Estamos hablando de reflexiones estratégicas familiares, puesta en marcha de Family Offices y revisión de Protocolos Familiares. Incluso en casos de baja complejidad estructural, se ha tomado conciencia de la necesidad de que en empresa familiar hay que dedicar tiempo a la empresa pero también a las relaciones de la familia con la empresa.

Digitalización

Otro gran avance para la Consultoría de empresa familiar ha sido la evolución digital de los clientes, incluidas las generaciones más mayores. Gracias a las plataformas de videoconferencia, fue posible seguir trabajando, en momentos en que muchos sectores pararon por completo. Esto sirvió para enterrar el mito de que en Consultoría de Empresa Familiar todo pasa por la presencialidad. Es más, gracias a las videoconferencias, durante el último año hemos podido ver las caras de nuestros clientes. Esto, en cambio, no sucedía en las reuniones presenciales, presididas por las mascarillas.

Pero también más conflictos…

A nuestro pesar, la pandemia también nos ha traido mucho trabajo relacionado con conflictos familiares. Estos dos años, en los medios de comunicación hemos podido ver como las personas se han visto afectadas por la enfermedad, las pérdidas de familiares, los confinamientos, las restricciones, la ausencia de contacto humano, la soledad, etc. Y esta realidad también se ha visto reflejada en las familias empresarias. A ellas, en muchos casos, a la dificultad del momento de pandemia que todos estábamos viviendo, se les han sumado también los conflictos familiares, que han precisado de la intervención de profesionales.

Desde la vertiente de la Consultoría de Empresa Familiar

Consultoría híbrida

Durante los primeros meses de pandemia, con los primeros confinamientos y la paralización de buena parte de la economía, los Consultores de Empresa Familiar también tuvimos que reinventarnos. Cada uno, a su manera, tuvo que encontrar su nueva propuesta de valor. En nuestro caso, al ser una consultora pequeña, la transformación digital y la puesta en marcha de una plataforma colaborativa en el Cloud, nos permitió trabajar en remoto prácticamente desde el minuto cero.

Esta transformación digital, unida a la evolución digital de los clientes, ha posibilitado la consultoría híbrida presencial-online. Esto era impensable antes de la pandemia. Afortunadamente, este modelo ha venido para quedarse, con las múltiples ventajas que, para un trabajo como el nuestro, difícil de escalar, conlleva. En especial, la posibilidad de afrontar más trabajo y ser a la vez más competitivos, teniendo una mayor rentabilidad.

Formación en formato webinar

No podemos dejar de citar el auge de los webinars como herramientas de comunicación  y de formación, con todo lo positivo y lo negativo que nos han dejado como herencia a la Consultoría de Empresa Familiar.

Tal vez alguien pueda sorprenderse de que mencionemos este apartado como algo negativo, pero ciertamente también ha tenido sus desventajas. Por una parte, en muchos casos se ha llegado a un punto de saturación debido al exceso de oferta. Por otra, ha sido un elemento acelerador de intrusismo y de plagio de materiales. Afortunadamente, en nuestro oficio, nos pueden copiar presentaciones y recursos. Pero no nos pueden copiar la capacidad de generar confianza y el trabajo de calidad que ofrecemos, del cual pueden dar fe nuestros clientes.

Investigación e innovación

La pandemia también ha dejado más tiempo para escribir y para investigar, sobre todo durante los primeros meses de la pandemia y en los momentos de mayor restricciones.  Esto se ha traducido en un mayor número de libros, artículos, informes y circulación de material de empresa familiar por las redes sociales.

Colaboración entre consultores

Y, por último, señalar que también ha servido para incrementar el trabajo de consultoría en red, tanto para compartir buenas prácticas, como para abordar proyectos complejos, haciendo partícipes a especialistas de diferentes áreas funcionales. Aquí quisiera mencionar, como ejemplo a seguir, el trabajo realizado por el IADEF (Instituto Argentino de la Empresa Familiar) que ha fomentado el espíritu colaborativo entre los consultores asociados.

En definitiva, han sido dos años difíciles, pero que, desde nuestro humilde punto de vista, han sido  muy positivos para el sector de la Consultoría de Empresa Familiar. Al final, han servido para edificar las bases de una nueva manera de entender y vivir esta magnífica profesión, posiblemente una de las más bonitas que existe.

2 respuestas a “La herencia que la pandemia deja en la consultoría de empresa familiar”

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