Repetir el modelo del fundador o fundadora es algo que se suele dar por sentado si la empresa familiar ya tiene éxito. ¿Pero es buena idea? En algunos casos sí, por lo que con este artículo no pretendemos persuadiros de que tenéis que transformar sine qua non vuestra compañía. Lo que queremos es simplemente hacer hincapié en la importancia de revisar cada cierto tiempo y, muy especialmente, en cada relevo generacional, si es preferible repetir el modelo del fundador o si seguir una estrategia distinta podría ofrecernos mejores resultados.
Esto es muy importante en la época de cambio que estamos viviendo y con todos los nuevos modelos de negocio que están naciendo y que han venido para quedarse. En un momento en el que los cambios son rápidos y exponenciales, los negocios, y con más motivo los negocios familiares, no pueden quedarse desfasados.
Cuando la rutina nos empuja a repetir el modelo del fundador…
En muchas ocasiones vemos a familias empresarias que, subidas en el carro del éxito, deciden quedarse donde están. ‘¿Por qué tenemos que revisar nuestro modelo de negocio si ya nos va bien así?’, suele decir la familia cuando les sacamos el tema. Son reacios a salir de su zona de confort o a plantearse cambios más allá de los que podemos considerar estéticos. En parte es comprensible querer continuar, con matices o pequeñas variaciones, con el modelo que las ha llevado hasta donde están ahora y les ha dejado una situación patrimonial cómoda.
En otros casos, conocemos a familias empresarias con espíritu innovador, pero a las que el ajetreo del día a día las absorbe. Esto hace que no encuentren el momento para evaluar si su modelo de negocio sigue siendo adecuado, planear el futuro y revisar, y modificar si es necesario, lo que están haciendo. Con ello, corren el riesgo de dejarse llevar ciegamente por una estrategia que, aunque hubo un tiempo en que fue muy exitosa, ahora las empuja a desaparecer. La inercia, en el medio plazo, puede hacer que se queden obsoletas.
Cuando sabemos aprovechar el relevo para cuestionar el modelo…
Para nosotros, el proceso de relevo generacional es una buena oportunidad para reflexionar sobre la conveniencia o no de repetir el modelo del fundador. Aconsejamos a las familias empresarias que, igual que planifican el relevo y se cuestionan el modelo de liderazgo, también se pregunten sobre si el modelo de negocio actual seguirá siendo válido y deseado en la generación entrante. Eso sí, no es responsabilidad única de la nueva generación. Los predecesores tienen que tener la mente abierta para aceptar cambios, invitar a las nuevas generaciones a salir de la zona de confort, equivocarse, probar de nuevo y alimentar el valor de la superación.
Es muy importante que cuestionemos el modelo de negocio, porque hoy en día los ciclos de vida de empresas, productos y servicios tienden a acortarse. Y, cuando sea necesario, tendremos que modificarlo, para adaptar la empresa familiar a los cambios del mercado. Esto no tiene por qué implicar un giro de 180º, pero sí buscar vías para trasformar la experiencia de cliente, apostar por la omnicanalidad o diversificar nuestra cartera de productos. Debemos estar abiertos a otras posibilidades más allá de repetir el modelo del fundador y evitar convertirse en un freno al cambio.
Recordad que, si social y tecnológicamente hemos avanzado tanto en los últimos años, es lógico que las empresas también tengan que avanzar. Esto implica, probablemente, adaptar la actividad a nuevos tiempos, explorar nuevos mercados, reorientar el modelo de negocio… Pivotar no es algo exclusivo de las startups. Las empresas familiares con generaciones a sus espaldas también deberían estar abiertas y no limitarse (únicamente) a repetir el modelo del fundador.