¿Hay una edad para incorporar a los hijos a la empresa familiar? ¿Deben tener un mínimo de edad? ¿O mejor un mínimo de experiencia? ¿Pueden entrar al acabar la carrera? ¿Y qué pasa con las prácticas universitarias? A todas estas preguntas esperamos dar respuesta con el artículo de hoy.
En el pasado, incorporar a los hijos a la empresa familiar era algo que se hacía mucho más rápido que hoy en día. En cambio, ahora, es preferible esperar unos años para ello. Primero, porque la siguiente generación debe tener la libertad para elegir su propio camino, estudiar lo que desee y vivir sus propias experiencias. En segundo lugar, porque incluso cuando la siguiente generación tiene claro que quiere trabajar en la empresa familiar, es importante que se forme y adquiera la experiencia necesaria como paso previo.
Edades para incorporar a los hijos a la empresa familiar
Por estas razones, hasta que tengan alrededor de 25 años, incorporar a los hijos a la empresa familiar probablemente no será lo más adecuado. A esta edad, cuando la generación saliente ya tiene unos 55 años aproximadamente, será un buen momento para empezar a planificar el relevo generacional y darles entrada al negocio, si así lo desean.
Ahora bien, este límite de edad no impide que los miembros de la siguiente generación realicen trabajos en prácticas en la empresa familiar por periodos puntuales. O incluso que trabajen de forma ocasional en el negocio familiar en períodos de vacaciones, siempre y cuando después prosigan sus estudios. Por tanto, si bien hasta los 25 años no solemos recomendar incorporar a los hijos a la empresa familiar como trabajadores, es cierto que desde los 16 años hasta los 23 o 24 años pueden tener un contacto laboral con la compañía de forma esporádica.
Por otro lado, desde el final de la adolescencia es recomendable empezar la formación como accionistas o futuros accionistas responsables. Aunque nunca se lleguen a incorporar como trabajadores, será fundamental que conozcan los pilares de la propiedad responsable. Posiblemente, durante toda su vida será recomendable que se formen en esta área, desde su juventud hasta la transmisión de las acciones o participaciones a la siguiente generación y la desvinculación completa del negocio.
Más adelante, cuando los hijos tienen 33 o 34 años de edad, es posible empezar a darles más responsabilidades como futuros administradores de la empresa familiar. Así, adquirirán los conocimientos necesarios para gestionar el negocio y tomar las riendas en un futuro cercano.
Otros requisitos para incorporar a los hijos a la empresa familiar
La edad no es el único requisito para incorporar a los hijos a la empresa familiar. Tal y como se haría con otros profesionales, su perfil debe ser el adecuado, deben tener los méritos necesarios y debe existir una necesidad dentro de la empresa familiar, evitando crear puestos a medida. Y, en caso de que por circunstancias excepcionales no cumplan con alguno de los requerimientos e igualmente se les quiera incorporar, lo deberá valorar el Consejo de Familia.
Como requisitos, desde Family Business Solutions habitualmente recomendamos que hayan trabajado una temporada fuera del negocio familiar, para adquirir experiencia y buenas prácticas. En general, las familias empresarias suelen marcar un plazo de dos años para ello. Además, también será imprescindible que los jóvenes reúnan la experiencia adecuada al puesto y, en todo caso, la fijada por el Protocolo familiar.
Las edades que hemos comentado a lo largo del artículo para incorporar a los hijos a la empresa familiar son bien evidentemente aproximadas. Dependiendo de las circunstancias vitales de cada uno, de su experiencia y madurez y de las necesidades de la empresa y la familia, se pueden flexibilizar para permitir la entrada antes o después de lo indicado aquí.