Tal y como nos habéis pedido, hemos preparado un artículo con 7 pistas que os pueden indicar que tenéis un buen Protocolo familiar:
1. Un buen Protocolo familiar está hecho a medida
Esto significa que la consultora de empresa familiar realizó con vosotros un trabajo de calado, ajustado a vuestra situación concreta. Durante el mismo se debieron trabajar los deseos, expectativas, inquietudes y preocupaciones presentes y futuras de la familia empresaria, así como la visión compartida. Y, con base en todo ello, se confeccionó el documento final que se acabó firmando.
2. Os llevó tiempo consensuarlo
Un buen Protocolo familiar implica dialogar, consensuar y asumir decisiones. Por este motivo, elaborarlo requiere tiempo, probablemente varios meses de trabajo. Así pues, para que esté bien hecho, es preciso que dedicarais al proceso el tiempo que merece.
3. El equipo estaba especializado en empresas familiares
Un buen Protocolo familiar debe estar elaborado por consultores expertos en empresa familiar que conozcan la idiosincrasia particular de este tipo de negocios. Por ello, una pista de que está bien hecho es que el equipo de consultores que os ayudó conocía de cerca este tipo de compañías y contaba con expertos con formación y experiencia en ellas.
4. El consultor fue imparcial y neutral
En Family Business Solutions nos habréis oído decir mucho: “Nosotros trabajamos a favor de la familia. Ni por una persona, ni por una rama”. Creemos que es fundamental que la consultora mantenga este papel neutral y que vele por los intereses de la familia empresaria y la empresa familiar en su conjunto y sin tomar partido. En caso contrario, si creéis que el coach de empresas familiares que os vendió el Protocolo trabajó partidariamente en favor de uno o algunos familiares… probablemente no tengáis un buen Protocolo familiar.
5. Vuestro Protocolo familiar abarca mucho más que solo la parte legal
Esto lo podéis comprobar simplemente repasando el índice de vuestro Protocolo, para verificar si en el mismo se contempla el ámbito familia. O si, por el contrario, los contenidos se constriñeron al círculo de la empresa y de la propiedad.
6. Tiene menos de 4 o 5 años
Este punto es importante para asegurar que está actualizado. En cambio, si el Protocolo ya tiene varios años y nunca se ha vuelto a revisar y a actualizar, es posible que ya no se adecue a vosotros y, por tanto, no os sea óptimo.
6. Tuvo un precio acorde a lo que es un verdadero Protocolo familiar
Tal y como defendimos en este artículo sobre el precio del Protocolo familiar, un Protocolo familiar demasiado barato, con toda probabilidad, no puede ser un buen Protocolo familiar. En la franja baja de precios encontramos documentos que son un corta y pega de otros Protocolos familiares. O, también, Protocolos realizados por personas o empresas que no son especialistas en empresa familiar.
7. No se quedó olvidado en un cajón
Al final, la mayor prueba de que se trata de un buen Protocolo familiar es el hecho de que os sirva como herramienta de trabajo, tanto en la empresa como en la familia. Sin embargo, si a día de hoy lo tenéis cogiendo polvo en un armario… probablemente no sea el mejor Protocolo posible.
Si habéis respondido “Sí” a todas las preguntas, entonces podéis estar tranquilos y es que muy probablemente tenéis un buen Protocolo familiar.