Hoy hablaremos sobre el fundador de la empresa familiar o la fundadora de la empresa familiar. A lo largo del artículo nos referiremos generalmente al ‘fundador’ a modo genérico, pero todo lo que digamos sirve tanto para fundadores como para fundadoras.
Para ello, empezaremos describiendo que es una sociedad de fundador. Se trata de una empresa familiar que está en manos de la primera generación de la familia empresaria. En ella coinciden gestión y propiedad en manos de una sola persona, que es quien ha puesto en marcha el negocio. En ocasiones, el fundador cuenta con el apoyo, la ayuda y la participación de su cónyuge y, poco a poco, cada vez se incorporarán más colaboradores al equipo.
El fundador de la empresa familiar suele ser el centro del negocio y conoce a la perfección los productos y servicios ofrecidos, el mercado en el que opera y su competencia. Su perfil es el de una persona emprendedora, que ha luchado por su idea, con mucha iniciativa y que, gracias al esfuerzo llevado a cabo a lo largo de los años, ha logrado introducirse en el mercado y posicionarse en el mismo. Por todo ello, la cultura organizacional de la empresa familiar suele reflejar la forma de pensar y de ser del fundador.
Características de la sociedad de fundador
El fundador de la empresa familiar acostumbra a ser una persona carismática, tener un papel muy marcado dentro del negocio y ejercer un liderazgo muy fuerte. La gestión del negocio se basa en la intuición y la visión de este líder. Él o ella es el centro de todas las decisiones: Piensa, elige, planifica y ordena qué hay que hacer.
Asimismo, en base a un modelo uno-uno, el fundador de la empresa familiar es quien suele reunirse con clientes, proveedores, jefes de área y otras personas relevantes para el negocio. De esta forma, ejerce un control en todos los niveles del negocio.
Precisamente, el hecho de que es el fundador de la empresa familiar quien toma todas las decisiones permite que la compañía se adapte con rapidez y agilidad a los cambios en el entorno y a las necesidades de los clientes. Esta estructura tan radial, sin embargo, puede verse sobrecargada conforme la empresa crece, lo que hará necesario que el fundador aprenda a delegar en los miembros de su equipo.
En un futuro, la primera transición que normalmente tiene que afrontar el negocio familiar es la de pasar de tener un único fundador a estar gobernada por una sociedad de hermanos, cuando entren sus hijos a la empresa. Esto implica planificar la salida del fundador de la empresa familiar y evolucionar el modelo de gestión hacia un liderazgo compartido. Además, también implicará preguntarse sobre si el modelo de negocio actual seguirá siendo válido y deseado en la generación entrante.