La mayor parte de las empresas familiares saben que para garantizar la continuidad del negocio familiar es imprescindible la profesionalización. Pero es frecuente que muchas de ellas no sepan ni cuándo ni cómo hacerlo. Nosotros, en Family Business Solutions, les recomendamos aprovechar el relevo generacional para profesionalizarse.
La profesionalización, como podría pensarse, no es un tema que afecte exclusivamente a las generaciones familiares más avanzadas y complejas (a partir de la cuarta generación, por ejemplo), sino que, cuanto antes se empiece, mejor para la empresa familiar y para su continuidad. De hecho, la situación ideal seria empezar ya desde las generaciones más tempranas (primer y segunda generación) a profesionalizar el negocio familiar.
Sin embargo, muchas veces esto no ocurre y no se profesionaliza la empresa familiar desde las primeras generaciones, ya sea por falta de recursos o por falta de voluntad de la generación que lidera el negocio a causa de las reticencias que genera contratar a personas que no son de la familia. En estos casos, recomendamos aprovechar el relevo generacional para profesionalizarse y garantizar la continuidad de la empresa familiar.
¿Qué implica aprovechar el relevo generacional para profesionalizarse?
Con el relevo generacional se da paso a las nuevas generaciones de la familia, habitualmente más preparadas y formadas académicamente y profesionalmente, que pasarán a liderar el negocio.
Por otro lado, para ocupar las distintas posiciones que surjan en el seno del negocio familiar para las cuales la familia no disponga de las competencias o conocimientos necesarios, se deberán contratar a los mejores profesionales no familiares del sector que se pueda permitir la empresa, siguiendo criterios objetivos y con una política de recursos humanos definida.
Esta situación significará que el equipo de la empresa familiar ya no estará formado solo por familiares y que los puestos de dirección ya no estarán reservados únicamente para los miembros de la familia. Y, por experiencia, sé que el hecho de que la familia no dirija la empresa familiar es algo todavía difícil de asumir por algunas familias empresarias. Sin embargo, es un paso más en el camino hacía una gestión excelente del negocio y, a largo plazo, el crecimiento del patrimonio familiar.