En más de una ocasión nos habréis leído o escuchado decir que es importante adoptar una metodología sistémica familiar para ayudar a las familias empresarias. En este artículo, os explicaremos más en detalle en qué consiste esta disciplina psicológica.
Antes de entrar en qué es la sistémica familiar y cómo puede ayudar a los procesos de acompañamiento a empresas familiares, empezaremos por definir qué es un sistema. Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí de forma ordenada. Tal y como apuntaron Tagiuri y Davis en 1982, en la empresa familiar cohabitan tres sistemas (familia, empresa, propiedad). Cada uno de ellos tiene su propio sistema de valores:
- Sistema Familia. Está formado por tres subsistemas: familia de origen (padre y hermanos), familia creada (cónyuges e hijos), y familia extensa (abuelos, tíos, primos, figuras de resiliencia…). Este sistema se rige por las emociones. En él tienen mayor peso aspectos como la protección, la lealtad, la armonía, la comunicación y el bienestar y estabilidad familiar.
- Sistema Empresa. Está regido por la racionalidad, la jerarquía, el poder, los rendimientos, la valoración por aportación, la valoración por antigüedad, el crecimiento, la orientación a resultados y la innovación.
- Sistema Propiedad. Este sistema se rige por el control, la influencia, el capital y los criterios económicos.
El hecho de que coexisten tres sistemas exige que, para obtener buenos resultados, cualquier forma de intervención o de ayuda a una familia empresaria tenga en cuenta estas tres dimensiones. Y esto es, precisamente, lo que hace defiende sistémica familiar.
Qué es la sistémica familiar
La sistémica familiar es una disciplina de Psicología que contempla la persona desde una perspectiva holística e integradora. Considera de forma global los tres sistemas de la empresa familiar -familia, empresa, propiedad- y los distintos subsistemas familiares, que se influyen mutuamente afectando individualmente a cada persona. No existe un solo sistema o varios sistemas independientes entre sí, sino que están todos interconectados.
La idea subyacente detrás de esta disciplina es que la causa de los problemas o disfunciones no es lineal. Es decir, que un solo factor no es suficiente para explicar la realidad, sino que todos los sistemas influyen en cierto modo.
La sistémica familiar se emplea en las sesiones de terapia familiar sistémica. Pone el foco tanto en el ser individual y en sus características particulares -recursos y vulnerabilidades-, como en el conjunto de interacciones sociales que se generan entre los diferentes sistemas. Esto significa que se aborda la persona como parte de un grupo, en lugar de hacerlo de forma aislada, en el que existe un contexto y determinadas dinámicas relacionales. Todos se desenvuelven, interactúan, se relacionan y desarrollan un rol determinado.
A través de emplear el enfoque de la sistémica familiar en un proceso de coaching o acompañamiento, se fomenta la unidad familiar y el entendimiento de cómo funciona la familia y se identifican las fortalezas y debilidades de la misma. Gracias a ello, los miembros de la familia empresaria podrán llegar a conocer las causas profundas de los conflictos que surjan y diseñar estrategias para resolverlos de manera mucho más eficaz.
Asimismo, la sistémica familiar permite que los familiares puedan desarrollarse personal y profesionalmente, encontrar patrones de cambio, mejorar la comunicación y fomentar interrelaciones más funcionales con la familia y en la empresa.