El aumento de peleas familiares en verano en aquellas familias empresarias que veranean juntas es algo con lo que nos encontramos todos los años en setiembre. Tras las vacaciones acostumbro a notar que aumenta el número de consultas que nos hacen a Family Business Solutions relacionadas con disputas en la familia empresaria. Estos conflictos que han estallado durante el verano, si no se resuelven bien, en setiembre pueden poner en riesgo la continuidad del negocio.
Una de las principales causas del aumento de las peleas familiares en verano es el mayor tiempo y emociones compartidas. Veranear juntos hace que los problemas y tensiones, que a menudo ya se arrastraban durante el año, se acentúen. A esto hay que sumarle que hay más contacto entre familiares con relaciones difíciles o ya dañadas y que se unen núcleos familiares que tienen normas y estilos de vida diferentes e incluso contrapuestos. Y, además, la presencia de familiares políticos y de familia extensa cuya intervención en las discusiones suele propiciar la escalada de los conflictos.
Recomendaciones para que las peleas familiares en verano no se trasladen después a la empresa familiar en setiembre
Evidentemente, la mejor herramienta para evitar que los conflictos en la familia afecten la empresa familiar es la prevención y afrontarlos antes de que se enquisten. Sin embargo, para el caso del que estamos hablando, las peleas familiares en verano, os recomiendo lo siguiente:
- Abordar el problema. Echar tierra encima y pensar que las cosas se reconducirán por si solas no es la mejor opción si existe un conflicto abierto.
- En función de la magnitud, abordar el conflicto más formalmente. Si tenemos un Consejo de Familia y un Protocolo Familiar, tendremos que seguir los procedimientos acordados en el mismo. Si no es el caso, deberemos abordar las disputas directamente entre los afectados, con la ayuda del líder familiar o del asesor de empresa familiar de confianza como mediadores.
- No triangular en terceras personas de la familia para que ejerzan de mediadores, como madres, padres, hermanos, parejas… En algunos casos puede funcionar, pero lo normal es que el conflicto se magnifique.
- Intentar que el conflicto no sea un tema recurrente a tratar cuando llegamos a casa. Dejar el problema en “la percha de la entrada”.
- Sobre todo, no tratar la disputa en la empresa ni hacer partícipes del mismo al personal de la empresa familiar, por mucha confianza que les tengamos.
- Una vez solventado, aprender la lección. Así, frente a nuevos eventos, fiestas familiares y tiempo de vacaciones compartido, todos tomaremos las debidas precauciones, especialmente cuidando la Comunicación, para minimizar el riesgo de que situaciones parecidas se repitan.