Hace unos meses ya reflexionamos sobre las dificultades familiares y sobre cómo pueden afectar a la unión familiar. Siguiendo con este tema, hoy queremos analizar cómo podemos salir reforzados como familia empresaria de estas tragedias y desgracias que, lamentablemente, pueden suceder.
Así pues, con base en nuestra experiencia, responderemos a estas preguntas: ¿Qué tienen en común aquellas familias que salen reforzadas de las tragedias familiares? ¿Hay algo que podamos hacer, a modo preventivo, para que una posible desgracia no nos rompa como familia y podamos salir reforzados?
En nuestra opinión, las familias que suelen salir fortalecidas de estas situaciones son claramente aquellas que han sabido “entrenarse” y estar preparadas. Gracias a ello, una vez ha ocurrido el desgraciado suceso, han conseguido estar unidas y que saliera lo mejor del ser humano en lugar de la parte más ruin.
Este “entrenamiento” para salir reforzados es una mezcla de valores y de comportamientos. Entre ellos, destacan el actuar con humildad, la ética y la transparencia y el anteponer los intereses colectivos a los individuales. Asimismo, también hay que entrenar determinadas habilidades que pueden cultivarse con la práctica, como el saber abrazar conflictos, el tener una escucha y actitud empática y el ser asertivos, tolerantes y respetuosos con la diversidad.
En cambio, no actuar en base a lo antes expuesto, esconder los problemas debajo de la alfombra y no abordar conversaciones pendientes es el mejor caldo de cultivo para que, ante un drama familiar, aparezca esta parte más ruin de la condición humana. Todo ello puede propiciar el distanciamiento y/o la ruptura familiar y nos impedirá salir reforzados justo cuando más lo necesitamos.
Un ejemplo: Salir reforzados como familia empresaria
El problema es que este tipo de rupturas familiares, que serían más fácilmente reconducibles desde la humildad, si se alargan en el tiempo y se enquistan, generan cicatrices profundas muy difíciles de curar. Y lo más terrible del caso es que los detonantes de los conflictos suelen ser “auténticas tonterías”, que no dejan de ser, la punta del iceberg.
A continuación, ejemplificaremos lo dicho en este artículo con un caso que vivimos junto con una familia empresaria. Hace un tiempo comenzamos a trabajar con una empresa familiar en la que convivían dos hermanos, que compartían la propiedad de un negocio. Se distanciaron cuando falleció la madre, que ejercía de “lubricante y pegamento familiar”. El padre ya había fallecido años atrás. El distanciamiento llevó a que, aunque ellos se veían cada día para trabajar en la empresa familiar, ya ni celebraban encuentros ni celebraciones familiares. De hecho, solicitaron nuestra ayuda en Family Business Solutions porque se estaban alejando tanto, que por “tonterías” y malos entendidos del día a del día a día, peligraba su relación de confianza.
Recuerdo que en una reunión les dije a los hermanos: “¿Tenemos que esperar a otra tragedia para que os abracéis y os regaléis poder hablar de aquellas conversaciones pendientes que generan malentendidos y desconfianza? ¿O estáis dispuestos a revertir la situación y a que vuestros hijas e hijos no reciban de legado la desconfianza, la envidia, los celos y el egoísmo?”
Posiblemente esta última pregunta es la que debería quedar como moraleja de este artículo, para que, desde el presente, cincelemos el mejor clima familiar y empresarial. Así, si por desgracia nos llega una fatalidad, lo sabremos gestionar para salir reforzados como familia empresaria y de tal manera que la unión familiar y la empresa familiar no se resientan.