Planificar el relevo generacional es uno de los mayores retos que debe afrontar una empresa familiar para conseguir traspasar el negocio a la siguiente generación, sin afectar la eficacia empresarial y la armonía familiar. En Family Business Solutions tratamos a diario casos de éxito de familias empresarias a las que hemos ayudado a consensuar y a preparar con tiempo la sucesión y que han logrado la continuidad de su empresa familiar. Lamentablemente me consta que esta no es la tónica habitual y que muchas familias descuidan este aspecto.
Como ya os he alertado en otras ocasiones, las cifras de mortalidad entre las empresas familiares son preocupantemente altas. Solo el 33% (33 de cada 100) de las empresas familiares consigue transmitirse a la siguiente generación. Y, de estas, solo el 50% (13 de cada 100) consigue llegar a la tercera generación, según datos aproximados del Instituto de la Empresa Familiar.
Entre los principales motivos que explican esta elevada mortalidad se encuentra el no planificar el relevo generacional, paso clave para lograr la continuidad. La realidad es que elaborar un Protocolo familiar, o en determinadas ocasiones unos Pactos de Familia, continúa siendo la gran asignatura pendiente de muchas empresas familiares.
Utilizar un Protocolo familiar para regular el relevo generacional
El Protocolo familiar es el principal instrumento para planificar el relevo generacional en las empresas familiares, pero todavía hay bastantes familias empresarias que, a pesar de sus ventajas, no cuentan con uno. Las últimas cifras disponibles del Instituto de la Empresa Familiar (2015), indican que solo el 8,9% de los negocios familiares cuenta con un Protocolo familiar por escrito. Asimismo, el 9,5% de los negocios estudiados lo estaba valorando o empezando el proceso para tener uno; un 77,8% de los encuestados no consideraba necesario tenerlo; y un 3,7% no sabía lo que era.
Estos datos, extraídos de un estudio elaborado en 2015, pueden parecer graves, pero quiero aportar mi granito de optimismo al asunto. En los últimos años, desde que parece que salimos de la grave crisis económica en la que estaba sumido nuestro país, he observado una mejora en este punto. Cada vez son más las familias empresarias que trabajan para planificar el relevo generacional con antelación y que buscan ayuda para ello. Creo que hay una mayor concienciación en las familias, que ahora son mucho más conscientes de la importancia y de las ventajas de elaborar un Protocolo familiar para el futuro de la empresa familiar. Todavía queda mucho trabajo y mucha pedagogía por hacer, pero en mi opinión estamos yendo por el buen camino.
Consejos a la hora de planificar el relevo generacional
Cada vez son más las familias que nos contactan para planificar el relevo generacional o para regular la relación familia-empresa-propiedad. Y como curiosidad os diré que esto ocurre sobre todo tras los periodos en los que se comparte más tiempo con la familia, que es cuando los conflictos familiares estallan, que son la vuelta de las vacaciones de verano y tras la Navidad.
Quiero acabar este artículo subrayando el gran valor que tiene el Protocolo familiar y la importancia de elaborarlo correctamente. Un buen Protocolo familiar debe estar hecho a medida de la familia empresaria y de la empresa familiar y debe ser consensuado por todos los miembros de la familia implicados. No olvidéis que el éxito de un Protocolo familiar radica en cómo se ha gestado, en si se ha alineado la estrategia empresarial y la familiar (las expectativas de los firmantes) y en si se utiliza como una herramienta viva en la toma de decisiones que implican familia y empresa.
En definitiva, si elaboráis el Protocolo familiar correctamente, estaréis haciendo una apuesta sólida para planificar el relevo generacional con éxito y para conseguir garantizar la continuidad de la compañía y la preservación del patrimonio familiar y de la armonía en las relaciones familiares.