El Consejo de Familia es el órgano por excelencia de la empresa familiar. Se trata de un órgano para-social en el que se reúnen todas las ramas familiares para tratar, planificar y mediar sobre cuestiones que tienen que ver con la relación familia-empresa. Por ejemplo, se debate sobre asuntos de propiedad, relaciones familiares o carreras profesionales de los miembros del grupo familiar.
Este órgano de gobierno está formado íntegramente por familiares (accionistas y futuros accionistas). Hasta la segunda generación, todavía es posible que todos los hermanos estén presentes en el Consejo de Familia. No obstante, en generaciones más avanzadas, ya es recomendable que cada rama familiar escoja a un representante para asistir al Consejo de Familia. De lo contrario, tener más de 7-9 miembros en este órgano, podría llegar a ser contraproducente. Como os he comentado en otras ocasiones, si la familia es muy extensa la Asamblea Familiar será el órgano de gobierno que complementará al Consejo de Familia.
Funciones del Consejo de Familia
La misión del Consejo de Familia es velar por la unidad familiar y accionarial, la visión compartida, la transmisión de los valores familiares, la formación de la familia empresaria y el cumplimiento del Protocolo familiar. A continuación os detallaré algunas funciones más del Consejo de Familia:
- Compartir información.
- Definir valores, misión y visión.
- Determinar las grandes líneas estratégicas de la empresa.
- Definir el modelo de gobierno de la empresa familiar (Consejo de Administración, administradores solidarios, administradores mancomunados, administrador unipersonal, etc.).
- Impulsar el Protocolo Familiar y velar por aplicarlo y actualizarlo.
- Fijar la posición de la familia en lo que se refiere a los niveles de riesgo y deuda que está dispuesta a asumir.
- Explicar y transmitir a las nuevas generaciones los valores y la visión de la familia.
- Trabajar para profesionalizar la aportación familiar a la empresa.
- Resolver conflictos.
Por último, no hay que olvidar que, si bien disponer de un Consejo de Familia (e incluso de una Asamblea Familiar) supone dar un paso más hacia la profesionalización del negocio, en última instancia los órganos de gobierno de la empresa familiar vienen determinados por la naturaleza y complejidad de cada empresa y familia.