Hoy hablaremos de continuidad en la empresa familiar, aprovechando que este domingo (5 de octubre) es el Día Internacional de la Empresa familiar. Y lo haremos a partir de los recientes datos aportados por el último estudio del Instituto de la Empresa Familiar.
El estudio, titulado Relevancia y supervivencia de la Empresa Familiar: La empresa familiar en España en 2025) analiza la supervivencia de las empresas familiares y la compara con la de las no familiares. En el mismo se constata el riesgo que entrañan los primeros relevos generacionales para la supervivencia de las empresas familiares. Y, sobre todo, cuando no se planifican adecuadamente.
Conclusiones sobre continuidad de la empresa familiar: Longevidad
El estudio del Instituto de la Empresa Familiar revela que una importante proporción de empresas familiares desaparecen entre los 29 y los 48 años de antigüedad. En esta franja de edad, cuando habitualmente se produce el relevo de la primera a la segunda generación de la familia y de la segunda a la tercera generación, la proporción de empresas familiares que desaparecen es mayor que la de no familiares. En esta etapa sí que podemos afirmar que mueren más las empresas familiares, a diferencia de lo que ocurre antes de los 29 años. Se trata de un periodo crítico para la continuidad de la empresa familiar.
En cuanto a la longevidad de las empresas familiares analizadas, el estudio señala lo siguiente:
- El 25,4% de las empresas familiares del estudio son emprendedoras G0. Son aquellas controladas por una persona o familia, pero con una antigüedad inferior o igual a 10 años.
- El 42,4% se encuentra en primera generación (G1). Son empresas familiares en desarrollo. Tienen una antigüedad de entre 10 y 25 años.
- El 30,9% se encuentra en segunda generación (G2). Son empresas familiares consolidadas y que han superado al menos un proceso de relevo generacional. Tienen entre 25 y 49 años de edad.
- Finalmente, solo el 1,3% ha superado al menos dos procesos de relevo generacional y está en 3ª generación o posterior. Son las conocidas como empresas familiares longevas (G3+). Tienen por lo menos 50 años de antigüedad. Como mínimo, están en manos de los nietos después de haber sido fundadas por los abuelos medio siglo atrás.
Conclusiones sobre continuidad de la empresa familiar: Tasa de supervivencia
En cuanto a la tasa de supervivencia, desde 2015 a 2024 han sobrevivido más empresas familiares que no familiares. Concretamente, el estudio sobre continuidad de la empresa familiar señala el 77% de las familiares analizadas hace diez años todavía perdura, frente al 73,1% de las no familiares. Además, a fecha de hoy, la edad media de las compañías familiares en funcionamiento también es mayor a la de las no familiares (30 años vs. 27 años). Por lo que, a pesar de las dificultades, podemos afirmar que la continuidad y longevidad de la empresa familiar es mayor a la de la no familiar.
Aun así, debemos señalar que el estudio apunta a que la mayoría de las empresas familiares que dejan de estar activas se debe a que desaparecen (liquidación y cierre). En cambio, en las no familiares es más habitual que se den procesos de fusión o absorción.
Para acabar, quiero mencionar brevemente una conclusión del estudio que no versa sobre la continuidad de la empresa familiar. El análisis revela que las empresas familiares suelen ser menos productivas que las empresas no familiares, en términos de facturación o valor añadido por empleado. Sin embargo, demuestra que son más rentables gracias a un mayor margen sobre ventas y a una mayor rotación de activos, así que enhorabuena por la parte que os toca.