Aunque nadie quiera pensar en ello, los divorcios en la empresa familiar ocurren. Parejas que parecían inseparables, desgraciadamente, se separan y deciden tomar caminos distintos. De algún modo u otro, la familia sentirá la pérdida, sobre todo si hay niños en la familia, pero es una decisión que hay que respetar y cuyas razones solo deberían concernir a las personas implicadas.
Ahora bien, sí que es legítimo dar los pasos preventivos necesarios para que, en caso de que haya divorcios en la empresa familiar, tengan el menor impacto en la propiedad y se pueda evitar que el ex familiar político termine siendo propietario del negocio. Y todo esto se decide mucho antes del divorcio, precisamente en el momento de celebrar el matrimonio.
Durante todo el artículo nos referiremos al caso del divorcio. De todos modos, pensad que lo que diremos a continuación también sería de aplicación a otros casos de ruptura de la unidad conyugal o de pareja. Esto es, a la separación o nulidad matrimonial y a las disoluciones de parejas de hecho.
Divorcios en la empresa familiar: ¿Cómo proteger la empresa?
Hace un tiempo os hablamos de los distintos regímenes matrimoniales que existen: el régimen de gananciales, el de participación y el de separación de bienes. Tal y como ya os indicamos, a nuestro parecer, el régimen de separación de bienes genera menos problemas cuando ocurren divorcios en la empresa familiar. Este mantiene esencialmente los patrimonios de los dos contrayentes separados, con ciertas afectaciones a los deberes familiares.
Como quizá sabéis, el régimen de separación de bienes ya es el régimen por defecto en caso de celebrar el matrimonio en determinadas Comunidades Autónomas, como Cataluña. Pero esto no es así en todas. Por esta razón, os recomendamos que os informéis bien sobre esta cuestión con vuestros asesores familiares. Pensad que, en caso de estar casados según el régimen de gananciales o el régimen de participación, el reparto tras el divorcio sería más complicado.
El Protocolo familiar: ¿Es válido acordar un régimen matrimonial con la familia?
El régimen económico matrimonial es siempre un derecho personalísimo de las futuras parejas. Sin embargo, es posible que los miembros de la familia se comprometan, en un Protocolo familiar, a que la separación de bienes será el régimen económico por el que se regirán todos familiares, en caso de contraer futuros matrimonios, de ser pareja de hecho o de formar una unión estable de convivencia.
También conocemos algunos casos en los que, como alternativa a casarse en este régimen, la pareja ha acordado hacer capitulaciones matrimoniales, unos pactos económicos equivalentes u otros documentos notariales. Mediante estos documentos pueden regular sus relaciones económicas para que, en caso de futuros divorcios en la empresa familiar, esta quede protegida.
¿Todo esto con qué objetivo? La finalidad es, como apuntábamos antes, proteger la empresa familiar. Los familiares tendrán la certeza de que las participaciones o acciones de la empresa familiar no saldrán de la familia.
Así, aunque se produzcan divorcios en la empresa familiar, las participaciones o acciones que pertenecen al miembro de la Familia permanecerán íntegramente en manos de este cuando se produzca la liquidación del régimen económico matrimonial. Y, por tanto, el excónyuge o expareja no podrá tener derecho alguno sobre las mismas.