Pros y contras de vender la empresa familiar

En las empresas familiares, por definición, la voluntad es que la siguiente generación tome las riendas del negocio. Pero no siempre podrá ser así. Vender la empresa familiar será, a veces, una de las alternativas a valorar, con sus pros y sus contras, cuando no haya posibilidad de continuar como empresa familiar.

En una situación como esta, cuando se está estudiando la venta de la empresa familiar, es importante analizar a conciencia las ventajas y desventajas de la misma. Antes de tomar una decisión sobre la posible venta del negocio, os recomiendo que solicitéis una evaluación económica del mismo y que, llegado el caso, acudáis a un profesional que conozca el sector y que os pueda aconsejar en el proceso. Recordad que, en estos casos es importante contar con una visión objetiva de la situación y no dejar que el corazón se imponga a la razón para evitar que el patrimonio familiar se resienta.

¿Debemos vender la empresa familiar?

Vender la empresa familiar puede ser una buena opción cuando no hay relevo generacional o cuando la propiedad no ve clara la continuidad de la empresa, su modelo de negocio o el relevo en la gestión. En estos casos, viendo la difícil viabilidad para continuar el negocio como empresa familiar, iniciar el proceso de venta puede ser la mejor manera de salvaguardar el patrimonio familiar y de evitar que posibles conflictos entre hermanos, padres, primos, etc. se vuelvan irreversibles y acaben con las relaciones familiares. 

Sin embargo, vender la empresa familiar también conlleva ciertos riesgos. Si no se hace muy bien, la empresa familiar pueda desaparecer durante el proceso de venta sin vender.

• Al iniciar el proceso de venta, se corre el riesgo de que el valor de la compañía baje en picado si el mercado detecta que se ha optado por esta vía.
• Existe el riesgo de perder cartera, con las implicaciones sobre el valor que puede conllevar.
• Si la decisión de vender la empresa familiar llega a los empleados antes de tiempo y por vías no adecuadas (por rumores, por ejemplo), se puede producir una salida de talento que puede comprometer el presente del negocio.
• Por último, la venta de una empresa familiar no está exenta de conflictos familiares. También puede aparecer una sensación de frustración y fracaso por vender el que, hasta entonces, había sido el proyecto vital de la familia.