¿Qué se considera Sociedad patrimonial?

Una sociedad patrimonial también puede ser una empresa familiar en tanto que la familia posee la mayoría del capital, participa activamente en la misma y tiene voluntad de continuidad. Nosotros trabajamos con algunas de ellas. En algunos casos, porque ya nacieron con el objetivo de ser consideradas como sociedad patrimonial. En otros, porque, aunque en el pasado tuvieron actividad económica, han evolucionado hasta dedicarse únicamente a la gestión del patrimonio familiar, por ejemplo, después de una venta.

Pero empecemos por el principio. Una sociedad patrimonial es aquella que no se de dedica principalmente a actividades económicas. Se dedica a administrar un patrimonio, que habitualmente está compuesto en buena parte por valores o por bienes inmuebles. Es importante entender que uno no constituye una ‘sociedad patrimonial’ como tal, sino que son sociedades civiles o mercantiles que, en vistas a su actividad y configuración de su patrimonio, se consideran como patrimoniales. Aquí, ‘considerar’ es la palabra clave.

Pues bien, para considerar que sois una sociedad patrimonial, todo depende de vuestro activo. Así, a tenor de la ley, es necesario que más del 50% de vuestro activo esté constituido por valores o que no esté afecto a ninguna actividad económica, tal y como dice el art. 5.2. de la Ley de Sociedades. Esto incluye aquellas sociedades patrimoniales que se dedican al arrendamiento de inmuebles siempre que, para este fin, no dispongan de un trabajador contratado a jornada completa.

Ventajas y desventajas de una sociedad patrimonial familiar

Una sociedad patrimonial familiar se suele emplear como vía de ahorro fiscal para los grandes patrimonios, como alternativa a tener el patrimonio en manos de los familiares. Es, pues, una fórmula para el ahorro familiar, dado que, al tratarse de una empresa, tributa por el impuesto de sociedades (25%). El objetivo es que el patrimonio no tribute por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (hasta 45%), el Impuesto sobre el Patrimonio o el recién llegado Impuesto Temporal de Solidaridad a las Grandes Fortunas, con tipos más elevados.

Además, una sociedad patrimonial también puede ser útil en el momento de la sucesión y facilitar la herencia de patrimonios elevados. Por otro lado, es una vía de protección del patrimonio familiar, al separarlo de la responsabilidad individual y de los riesgos que asumen los familiares por sus actividades.

Sin embargo, pensad que en algunos casos no será lo más óptimo. Dado que es una empresa familiar que no desarrolla actividades económicas, habrá bonificaciones e incentivos fiscales a los que no tendrá acceso. Asimismo, puede que no compense ser una sociedad patrimonial por el coste de la gestión o porque el patrimonio y rendimientos que tengamos sean de menor tamaño.

Por todo ello, como siempre os decimos, en el ámbito tributario y fiscal lo preferible es contar con el asesoramiento adecuado para que os aconsejen de forma personalizada. Es muy importante conoceros bien antes de decidir si en vuestro caso es adecuado, o no, ser considerados como sociedad patrimonial.