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familiares que no trabajan en la empresa

Familiares que no trabajan en la compañía, ¿los grandes olvidados?

familiares que no trabajan en la empresa

Recientemente el vicepresidente de una de las principales empresas familiares de España me decía con orgullo, pero con una cierta resignación lo siguiente: “Estamos en cuarta generación. Tenemos más de un centenar de accionistas familiares que no trabajan en la empresa con edades desde los 18 hasta los 85 años… Y a veces cuesta que se involucren en el proyecto…”.

La primera cosa que hice fue felicitarle. Empresas en cuarta generación no hay tantas. Seguro que han hecho muchas cosas y bien para encontrarse en el lugar en que se encuentran, siendo un referente internacional en su sector.

A continuación analizamos lo que les sucede con los familiares que no trabajan en la empresa y que son accionistas. Al final llegamos a la conclusión de que fallan los mecanismos de formación e información, algo fundamental para mantener la armonía familiar.

Pero si esto sucede en empresas con órganos de gobierno Familia-Empresa claramente desarrollados, ¿qué sucederá en empresas familiares más jóvenes en las que posiblemente no habrá órganos de gobierno tan evolucionados? Pero vayamos por partes. El mismo problema no puede abordarse de la misma forma en una empresa con una alta complejidad empresa-familia, que en una empresa más pequeña, que a lo sumo se encuentra en segunda generación.

Familiares que no trabajan en la empresa familiar

  • Empresa de tamaño superior, con tres o más generaciones a sus espaldas y con accionistas no familiares con edades dispares. En este caso, la empresa deberá canalizar la información financiera y aspectos clave de la empresa a los familiares que no trabajan en la empresa a través del Consejo de Familia y la Asamblea de Familia, adaptándola a cada grupo generacional. No podemos dar por supuesto que todo el mundo es capaz de entender una memoria de la compañía ni los estados financieros.
    En estos casos, al tratarse de colectivos numerosos, se pueden organizar a la medida de la empresa programas básicos formativos y sesiones de presentación dirigidas por asesores familiares externos de confianza. Estas acciones facilitarán la comprensión y aumentarán el interés, la participación y el compromiso con la empresa.
  • En empresas de menor complejidad, y muchas veces sin órganos Empresa-Familia diferenciados, el problema es mayor. La falta de sensibilidad con los familiares que no trabajan en la empresa puede ser causa de fractura familiar. A la vez, es algo que puede dificultar la eficiencia empresarial.
    En estos casos, propiedad y gestión suelen coincidir. Lo que suele suceder es que el día a día nos impide ver la necesidad de informar a este colectivo. La fórmula aquí es un traje a medida para cada empresa. Pero de lo que no hay duda alguna, en base a nuestra experiencia en Family Business Solutions, es que delegar parte de las tareas de información y formación a un asesor externo de confianza, facilita las cosas. Además, también hace que la familia en su totalidad se sienta más partícipe del proyecto.

La clave: Formación e información

Y no me quiero olvidar de un punto fundamental válido para para todos los casos. Es bueno que los familiares que no trabajan en la compañía visiten las instalaciones de forma periódica. Así verán con sus propios ojos a dónde fue a parar aquella inversión o por qué no se pagaron dividendos… Con unas buenas formación e información es más fácil entender, valorar y reforzar el compromiso y la confianza en la empresa familiar.

4 respuestas a “Familiares que no trabajan en la compañía, ¿los grandes olvidados?”

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